‘Bien de Altura’ cierra su primer año con 233 municipios de montaña y cinco experiencias inmersivas centradas en bienestar y salud mental

  • El proyecto europeo que investiga los beneficios de la naturaleza para el bienestar emocional de las personas culmina su primer ciclo con 250 actividades, y 15 alojamientos adheridos  
  • Ante el éxito de la iniciativa, EsMontañas anuncia un estudio a mayor escala con jóvenes, mayores, profesionales en riesgo de desgaste emocional y pacientes con depresión leve

El proyecto europeo Bien de Altura, impulsado por la Asociación Española de Municipios de Montaña (EsMontañas), ha concluido su primer ciclo de trabajo tras un año de actividad con 233 municipios participantes de 19 provincias, gran parte de ellos enclavados en zonas de riesgo de despoblación.

Nacido como una iniciativa piloto pionera en Europa para investigar la conexión entre naturaleza, salud mental y desarrollo rural, Bien de Altura ha evolucionado en estos doce meses en una plataforma operativa que ofrece ya más de 250 actividades diseñadas desde el territorio, además de 15 alojamientos integrados bajo el sello de autenticidad y bienestar emocional que define el modelo.

El proyecto ha sido respaldado por el grupo de investigación ARMAQoL de la Universitat de València, que ha acompañado las cinco experiencias piloto celebradas en los municipios de Aínsa (Huesca), Candelario (Salamanca), Tejeda (Gran Canaria), Morella (Castellón) y, finalmente, Sobrescobio (Asturias), donde este pasado fin de semana se cerró la fase de vivencias inmersivas.

Prescripción de naturaleza y bienestar rural

Con una metodología compartida en todos los municipios implicados, Bien de Altura ha estructurado estas vivencias en torno a la denominada “prescripción de naturaleza”, un enfoque basado en las evidencias científicas que plantean el contacto regular con entornos naturales como complemento en la atención primaria, especialmente para casos de estrés, ansiedad o depresión leve.

En cada uno de los municipios seleccionados se han desarrollado programas de fin de semana con actividades como senderismo interpretativo, baños de bosque, yoga, astronomía, talleres sensoriales, rutas culturales y visitas a espacios naturales o patrimoniales.

“Estas acciones no solo han sido medidas por investigadores en cuanto a su efecto sobre el bienestar emocional de los participantes, sino que también han servido para proyectar el papel de los pueblos de montaña como espacios de salud, no solo de esparcimiento”, explican desde EsMontañas.

Del proyecto piloto a un estudio en colectivos sociales específicos

La acogida positiva de estas experiencias, tanto por parte de los municipios como de los visitantes, ha llevado a EsMontañas y al grupo investigador ARMAqOL a plantear un nuevo estudio a mayor escala, que será desarrollado en los próximos meses con la mirada puesta en colectivos específicos: jóvenes, personas mayores, profesionales en riesgo de desgaste emocional y pacientes con trastornos leves de salud mental.

La hipótesis que articula el proyecto apunta a que los pueblos de montaña, lejos de ser solo espacios para la desconexión temporal, pueden convertirse en agentes activos de salud pública y bienestar social.

“Dicha visión, que combina turismo de propósito, recuperación territorial y sostenibilidad, abre una nueva línea de trabajo que buscará consolidarse desde el punto de vista institucional, en conexión con las autoridades sanitarias«.

La vida en los pueblos de montaña

El balance tras casi un año de implementación apunta a un modelo replicable que une salud, bienestar, cultura, turismo y gastronomía en torno a la vida en los pueblos de montaña. La red de municipios Bien de Altura se erige así como “una referencia para futuras políticas públicas en el cruce entre salud mental, turismo y desarrollo rural”.