Comprar un pueblo entero en España es posible. En estos momentos existen casi 3.000 poblados vacíos, y la opción de adquirir uno de ellos existe gracias a proyectos como Aldeasabandonadas.com.
Elvira Rafián inició este proyecto hace 10 años, cuando vieron que había que hacer algo con esas aldeas que se estaban perdiendo. “Fue un tema mío personal. Yo nací en Galicia pero me crie en Barcelona. Veía que las aldeas de mi tierra natal querían volver a cobrar vida”.
“Hemos pasado de vivir a 150 por hora y trabajar todas las horas del día a poder disfrutar de la vida».
A ella le picaba el “gusanillo” de lo rural, y muchas personas empezaban a tener interés en vender sus propiedades. Antes, vender este tipo de edificaciones era muy complicado porque la gente no quería exponer esos patrimonios. Tenían mucho apego a esa propiedad, por sus antepasados familiares.
Sin embargo ahora es la 3ª Generación la que está vendiendo. Y ahí es donde se juntan la oferta y la demanda: Gente que ya no está motivada por el mundo rural y gente que quiere volver a las raíces familiares o simplemente dar un cambio en su vida”, comenta Elvira.
Elvira y Rafael son peritos financieros por lo que gracias al boca a boca comenzaron a llamar a su puerta para solicitarles ayuda a la hora de vender sus propiedades.
“Nosotros hacemos todo hacemos todo, desde el registro hasta la tasación, pasando por conseguir todo el papeleo y necesario. También les asesoramos en cuanto a los posibles oficios o empleos que se pueden realizar en esa tierra”, explica.
Y es que la mayor parte de la gente que compra este tipo de terrenos es para negocio.
Es el caso de Miguel y Carol, un matrimonio que consiguió cambiar de vida gracias a Aldeas Abandonadas. Ellos adquirieron una Masía en Pallars Sobirá, en el Pirineo Catalán. Desde entonces, sus vidas, y las de sus hijos, han cambiado completamente:
Miguel y Carol vivían en China. Él trabajaba como cocinero y ella como diseñadora textil. Y fue precisamente en ese país donde nacieron sus dos hijos, Otto y Laia. Sin embargo, la llegada al mundo de los pequeños les hizo reconsiderar sus vidas. “Nos dimos cuenta de que vivíamos a 150 kilómetros por hora. Queríamos disfrutar de nuestros hijos y queríamos que ellos tuvieran mejor calidad de vida. No queríamos para ellos vivir siempre con una mascarilla por la contaminación”.
Durante unos años estuvieron pensando en sus opciones. Hasta que una tela tradicional china se cruzó en sus vidas. “Nos enamoramos del tejido Tubu. Es un tejido hecho a mano durante los años 50 en el este de la China, donde los payeses después de plantar y recolectar el algodón, lo hilaban, lo tintaban y lo tejían para hacer la ropa de casa. Hacia los años 60 la mayoría vestía el gris del partido y mostraba poco interés en seguir la tradición familiar y el tejido cayó en el olvido”.
Ellos decidieron centrar sus esfuerzos en recuperar ese tejido, y durante muchos años estuvieron viajando por todo el país recogiendo telas por todos los rincones. Una vez almacenadas, fue cuando dieron el paso.
“Nos pusimos en contacto con Aldeas Abandonadas para vender una propiedad que teníamos en Navarra, y ellos fueron los que nos informaron de esta masía y sus edificaciones aledañas en esta preciosa zona de Lérida”.
Así que arreglaron parte de las edificaciones, y abrieron su propio negocio textil de bolsos y alpargatas realizados únicamente con esa tela tradiciones china a la que le han dado también una segunda vida.
“Ottaia” tiene tres años de vida y un éxito sobre cogedor. La elegancia y originalidad de su diseño junto a la historia de sus telas han hecho que esta familia pueda vivir la vida que siempre han querido, para ellos y sobre todo para sus hijos.
“Hemos pasado de vivir a 150 por hora y trabajar todas las horas del día a poder disfrutar de la vida. El cambio ha sido brutal, pero los niños van a un colegio fantástico, tienen una comida con calidad y un ambiente perfecto. No tienen que salir de casa con una mascarilla puesta”, dice Miguel.
Y en cuanto a Aldeas abandonadas, sólo tenemos palabras de agradecimiento. “Nos han enseñado todas las posibilidades, y todo de forma súper fácil. Además, la filosofía que tienen de repoblar cosas que se están perdiendo coincide mucho con muestra manera de pensar”, añade.
En estos momentos Aldeas Abandonas tiene una cartera de 40 pueblos a la venta, catalogados y con todos los permisos para ser vendidos. ¿Te apetece ayudar a recuperarlos?